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Refuge des Espuguettes y Cirque du Gavarnie

Fecha de la actividad: Domingo, 17 de agosto de 2014

Lugar de salida: Aparcamiento de Gavarnie (1.370 m)

Objetivo: Refuge des Espuguettes (2.027 m) y Cirque du Gavarnie

Desnivel positivo acumulado: 750 metros

Distancia y tiempo empleado: 14,2 km en 7h (incluidos abundantes descansos)

Archivo GPS (con el recorrido, click para descargar): TrackGPS

La Ruta

Ayer llegamos a La Mongie. Y hemos venido para quedarnos. Bueno, al menos para quedarnos 8 noches… La idea es aprovechar para visitar algunos de los lugares más emblemáticos del Pirineo francés. Empezaremos por Gavarnie y su famosísimos circo y cascada.
Al llegar al pueblo comprobamos que no hemos sido los únicos en tener la idea de venir aquí. Tampoco es raro si vienes un fin de semana a mitad de agosto. La buena noticia es que hay un enorme aparcamiento al que es sencillo llegar siguiendo los carteles. La mala es que cobran por aparcar, pero un precio razonable: 4 € el día completo.

Al salir del aparcamiento vamos viendo infinidad de comercios, bares y hoteles. También pasamos junto a la oficina de información y los establos para alquilar burros.

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Recorremos la calle principal hasta el final del pueblo y allí cruzamos el puente que nos deja en la entrada del camping La Bergerie. Nosotros seguimos en la misma dirección que llevábamos por la otra orilla: Sur.
Unos 500 metros más allá nos encontramos, a nuestra izquierda (Este), una senda. Un poste señalizador nos indica que debemos tomarla para ir al Refuge des Espuguettes. Subimos junto al ruisseau (arroyo) d’Alans por unas inclinadas zetas.

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Dejamos atrás una fuente y, llegando a una zona mucho más plana, encontramos otro cruce. Seguiremos subiendo hacia el refugio en dirección Este. A la vuelta, tomaremos el otro camino que nos llevará al circo, pero aún falta un rato para eso.

[shashin type=»photo» id=»602″ size=»912″ caption=»y»] Al final de este Plateau y antes de afrontar la siguiente cuesta nos detenemos a echar un breve bocado. El sitio merece la pena. Disfrutamos una buena vista de la Torre, el Casco, la Brecha de Rolando, el Taillon y del Gavieto Oriental… y del Pico Sarradets, que nos oculta El Bazillac y el Dedo. También empieza a asomar, por occidente, el macizo del Vignemale y su glaciar.

[shashin type=»photo» id=»596″ size=»912″ caption=»y»] Seguimos por un sendero bien marcado, HRP, siempre al ascenso. En un momento dado, cota 1.850 m, tomamos un atajo para evitar un gran bucle. La verdad es que el atajo está casi tan marcado como el propio sendero, si bien es muchísimo más inclinado, especialmente en su parte superior. De nuevo en el sendero principal, sólo nos queda subir los últimos 60 mdd para llegar al Refuge des Espuguettes (2.027 m).

[shashin type=»photo» id=»600″ size=»912″ caption=»y»] Es un poco pronto para comer el bocadillo. Descansamos un rato contemplando el Vignemale y los mucho más cercanos Astazou y Pimené y comenzamos a bajar por el mismo camino de subida. Al llegar al cruce ya comentado tomamos dirección Cirque y Chalet de la Pailla. El chalet está ahí mismo y la terraza del bar es tentadora… pero nos toca seguir caminando.
Después de perder un poco de altura entre el bosque y de atravesar una puerta para el ganado, el sendero se hace prácticamente horizontal. Es un recorrido bastante vistoso.

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Pasaremos bajo unas grandes viseras de roca, alguna pequeña cascada y varios tramos colgados. En un par de sitios la erosión se ha llevado parte del camino y hay que tener un poco de cuidado. Por lo demás es un recorrido cómodo por la ausencia de cuestas, no hay posibilidad de pérdida y tanto el propio camino como las vistas merecen sobradamente una visita.
Poco a poco vamos perdiendo altura, mucho más rápido tras cruzar un torrente. Aquí empezamos a ver la famosa cascada de Gavarnie. Primero la parte superior y, al poco tiempo, los dos tramos.

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Casi sin darnos cuenta estamos en la Hotellerie du Cirque. Justo antes de llegar paramos a comer. Al final se nos ha hecho tarde…
Mientras comemos el bocata disfrutamos de unas excelentes vistas del Circo de Gavarnie. Reponemos bien los líquidos perdidos porque no sopla ni un pelo de viento y está haciendo bastante calor.
Hasta la Hotellerie se puede llegar por una pista, cerrada al tráfico general, pero apta vehículos 4×4. Esta pista, llamada el camino de los burros, está casi oculta por la marea de gente que sube por ella. Nosotros intentamos acercarnos un poco más al fondo del circo, para ver la cascada un poco más de cerca. Resulta ser más difícil de lo que parecía. Como la pista termina justo aquí, hay un auténtico atasco (bouchon le llaman por aquí). Es casi imposible andar y, sin duda, muy desagradable. Tras unos metros decidimos que no merece la pena seguir así, echamos unas fotos y nos volvemos, esta vez por el camino de los burros.
Yo no tengo nada en contra de los burros, de la gente que se gana la vida alquilándolos ni de los turistas que suben montados en ellos. Pero si metes una cantidad enorme de personas a pie y un número significativo de burros (y algún caballo) en el mismo espacio, lo que consigues es… un montón de mierda. Literalmente. El suelo está sembrado de excrementos pisoteados, hace mucho calor y esto parece una manifestación. Definitivamente el camino de los burros, en temporada alta, no es un sitio demasiado recomendable. Quizás habría que madrugar y hacer el bucle en sentido inverso, volviendo por Espuguettes. Dicho queda.
Conforme vamos perdiendo altura y saliendo del circo empieza a correr una suave brisa. Agradecemos mucho este ventilador natural que hace mucho más llevadera la caminata.

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Pasamos junto al desvío a Espuguettes que tomamos esta mañana y rápidamente llegamos al camping. La terraza, a la sombra de unos enormes árboles y con vistas al circo, nos atrae más que las sirenas a Ulises. Disfrutamos de unas cervezas hasta que llega el momento de seguir, recorriendo el kilómetro largo que nos separa del coche.
Un recorrido muy interesante y bastante asequible. Quizás por eso mismo demasiado masificado en el fondo del valle.
Se puede realizar en mucho menos tiempo de las 7 horas que nosotros le dedicamos. Ese tiempo incluye todas las paradas habituales y casi una hora en el bar del camping. Además vamos con un niño de 5 años, aunque muy acostumbrado a caminar.
Las fotos son incluso peores que de costumbre. Me olvidé la cámara en el apartamento e hice lo que pude con mi vetusto móvil. Así os obligo a ir a verlo in situ…

Galería de fotos

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