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Piniecho

publicado en: 2000s, Montaña, PIRINEOS, Senderismo | 0

Desde Panticosa

Último día de la primavera y también de la fase tres de la desescalada, aprovechamos para visitar ésta zona del Pirineo, tan salvaje y solitaria.

El pico Piniecho es un pico visible desde el pueblo de Panticosa, pero a la vez bastante desconocido.

Ésta zona la tiene muy pateada mi amigo Fernando, así que hablo con él, me comenta que subieron en febrero a Piniecho, le pido el track a Carmelo y nos planteamos ir para allá.

Ruta de gran belleza, pero exigente, tanto por el desnivel a salvar como por el terreno duro por el que tendremos que transitar. Hay un par de puntos que sin ser difíciles requieren tener los nervios algo templados.

Fecha de la actividad: sábado, 20 de junio de 2020

Lugar de salida: aparcamiento de la Estación de Esquí de Panticosa

Objetivo: Punta Piniecho

Desnivel positivo acumulado: 1470 metros

Distancia y tiempo empleado: 15,5 km en 9h30′ (con paradas)

Archivo GPS (con el recorrido, click para descargar): TrackGPS

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La Ruta

Tras dejar el coche en el aparcamiento de la Estación de Esquí de Panticosa, nos terminamos de preparar y bajamos, por capricho, a pasar por el Puente Viejo de Panticosa, sobre el río Caldarés que baja del Balneario de Panticosa.

Caminamos por la orilla en dirección a una construcción donde recogen las cabinas de la estación de esquí, justo a pasarla de largo aparece a nuestra izquierda el sendero de la Peña del Saso. El primer tramo de sendero pedregoso, nos dejará en una bifurcación, a la izquierda el Camino de Albarosa, a la derecha el Camino de Los Esponales, tomaremos el de la izquierda ya que sube directo a la pista de La Ripera.

Desde el cruce, el sendero mejora notablemente, caminamos por un corredor de bojes, con robles, abedules e incluso hayas.

Es un camino muy bonito que de seguro merece un paseo. Llegamos a un desvío, el Camino de Los Esponales, por el que podríamos volver a Panticosa. Seguimos y a los pocos metros salimos a la pista de La Ripera.

Continuamos por ella algo menos de 1 kilómetro, pasaremos junto a una fuente, y a la altura de una pequeña loma, vemos un desvío que sube hacia una verja. El track que llevamos en el GPS va por ahí, así que la atravesamos y continuamos por las praderas de unos antiguos bancales de labranza.

Dejaremos los bancales, seguiremos por un bonito camino entre bojes y pinos, pasaremos por un pequeño abedular y pronto llegaremos a un desvío que casi pasa desapercibido y nos adentra de lleno en el bosque, el terreno se empina de lo lindo. Atravesamos un pequeño curso de agua donde un árbol caído nos complica bastante el paso y seguimos por el bosque hasta llegar a la cabecera de un barranco seco, bajaremos con mucha precaución por terreno terroso y muy empinado.

Ahora nos toca seguir un leve sendero, casi imperceptible por la loma contraria, nos sacará a una zona de pastizales de altura con unas estupendas vistas sobre el valle de La Ripera y la Sierra de Tendeñera. Llevamos algo más de dos horas de marcha, así que aprovechamos este magnífico mirador para almorzar algo.

Retomamos la marcha, seguimos remontando pastizales hasta que alcanzamos la base de una pedrera que debemos remontar en dirección a lo alto de una amplia canal rocosa.

De vez en cuando vemos lo que parece un trazo en la pedrera, pero se pierde con mucha facilidad, vamos remontando poco a poco, es bastante incómoda. Félix se da un resbalón y al rozarse con las rocas termina con un pequeño corte en el antebrazo. Por fin salimos de la pedrera y tras un corto flanqueo alcanzado el herboso collado. Nos encontramos con un pequeño barranco, justo enfrente a nosotros vemos un nuevo collado herboso, al cual debemos dirigirnos, para lo cual continuaremos por un estrecho sendero colgado sobre la barranquera, sin ser difícil hay que extremar las precauciones ya que un resbalón podría hacernos caer un buen montón de metros por terreno muy roto y empinado.

Cruzamos un pequeño torrente y ascendemos por el lado contrario por terreno algo más estable por el que alcanzaremos el collado herboso.

Frente a nosotros se abre la Mallata Mardanos, la cual cierra el Pico Tablato a la izquierda y Baldairán y Catieras a la derecha.

Si giramos a nuestra izquierda podemos ver la loma que nos elevará hasta la Punta Piniecho. Parece una cómoda pradera con un par de zonas rocosas. Félix decide quedarse a descansar en el bucólico collado y disfrutar de las vistas.

Comienzo el ascenso por terreno fácil, que poco a poco se va empinando, alcanzo el primer resalte que no asciendo sino que paso por una pequeña terraza lateral, un par de lomas y alcanzo el segundo resalte, lo evito con una travesía por la empinada pradera y a continuación girando a la derecha para plantarme de nuevo sobre la loma justo tras el resalte rocoso.

Ahora queda remontar sobre la loma, primero por pradera, luego poco a poco sobre tierra suelta hasta ganar el lomo cimero, algo por encima del collado que forman los picos de Piniecho.

Giro a la izquierda, y ya por rocas remonto lo poco que me separa de la cumbre. Las vistas son de primer orden pero como a lo largo del día se ha ido cubriendo, no tenemos la vista esperada. Foto de cima rápida y para abajo que me espera Félix.

Desando la zona cimera y me planto en la vertical del collado, son algo más de 500 metros de descenso por esta vertical pradera, poco a poco, con cuidado voy perdiendo altura, incluso me doy un buen resbalón por estas largas hierbas. ¡No quiero imaginar bajar por aquí lloviendo!

Siempre que puedo voy a buscar los resaltes rocosos, para bajar por ellos y evitar las zonas más empinadas de la pradera.

Al final, cuando me reuno con Félix, me doy cuenta que me ha costado lo mismo bajar que subir. ¡Qué poco gratificante resulta este terreno!

Como algo, y decidimos volver por el mismo itinerario del ascenso, llevamos otro track de GPS que va a ganar la loma de enfrente, no por el collado por el que la hemos ganado nosotros, sino por uno un poco más abajo, pero preferimos malo conocido…, además Fernando gran conocedor de la zona, me había avisado que no es mejor terreno, así que como ya conocemos nuestro camino decidimos volver por él.

No si tener que consultar varias veces el GPS, volvemos al pequeño torrente donde cogemos agua, remontamos con sumo cuidado al collado.

Bajamos hacia la pedrera, que de bajada si que vamos recorriendo el leve sendero que tan difícil nos resultaba seguir de subida.

Volvemos a la zona del barranco seco, el cual también tenemos la sensación de que se remonta mejor que se baja.

Ya solo nos queda descender por el bosque y tras ganar los bancales salir a la pista.

Cuando llegamos a la fuente que hemos visto a la subida, volvemos a coger algo de agua, pues el calor aprieta de lo lindo.

Dejamos la pista de La Ripera y entramos en el sendero que nos llevará a Panticosa, en el desvío a la Peña del Saso.

Decidimos alargar un poco y tomar el camino de Los Esponales, además subiremos a la Peña del Saso e iremos hasta el final para tener una buena panorámica de Panticosa y de la Sierra Partacua.

Tras echar una foto en el mirador de la Peña del Saso, volvemos a la señal.

Comenzamos el descenso del Camino de Los Esponales. El cual resulta también muy recomendable de recorrer.

Pasamos junto al desvío del Puente de La Zoche y al poco llegamos al desvío que hemos tomado esta mañana.

Tras unos minutos llegaremos a Panticosa, dando por finalizada la caminata de hoy.

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