Continuamos la pista y, empezamos la exigente subida de La Estiva, un par de fuertes rampas terminan en una curva a derechas que nos dejará en el Mirador de La Estiva, desde el que se ven Monte Oscuro y San Caprasio.
Alejandro encarando las fuertes rampas de La Estiva. |
Mirador de La Estiva. |
Bajamos unos metros y retomamos el ascenso hacia el Mirador de La Gabardera, de nuevo con grandes vistas sobre las cotas altas de los Monegros.
Mirador de La Gabardera. |
Seguimos por la Ruta de Los Miradores, hasta llegar a un desvío a nuestra izquierda, lo tomamos y subimos hasta una cota en la que la pista aparece cortada con una sirga, en unos minutos alcanzamos el vértice geodésico de Torre Ventosa, y desde aquí un sube y baja que tras una decena de espectaculares kilómetros nos deja en el altiplano bajo San Caprasio.
Miguel en lo alto de Torre Ventosa. |
Recorremos una espectacular faja, siempre por la zona más elevada, las vistas sobre los barrancos a nuestra izquierda y el Pirineo a nuestra derecha, no deja indiferente a nadie.
Un vez termina la pista (cerrada también por una sirga) salimos a la pista que sube desde Farlete, remontamos hacia el altiplano y subimos las fuertes pendientes que anteceden a la Ermita de San Caprasio.
Foticos de rigor y para abajo, que se hace tarde, bajamos a Farlete por buena pista y, desde el pueblo, por carretera (unos 9 kilómetros), llegamos rápidamente a Monegrillo.
Vistas desde San Caprasio. |
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