Hoy toca este gran itinerario, la ferrata Regina de Peramola. Todo el mundo conoce esta ferrata, o la han hecho o la van a hacer. Todo el mundo ha oído hablar de su «paso de la fe» y de la verticalidad de sus travesías.
El recorrido es magnífico, las vistas muy chulas, el ambiente genial, la seguridad escasa. El cable de vida está muy degradado, hay puntos donde está roto, otros donde está por «los pelos» del alambre. Es una pena que el gran trabajo que hicieron los equipadores de esta vía, esté tan deteriorado.
En 2014 se cerró por falta de mantenimiento y el estado de la instalación, ¡una pena!
Dejamos los coches en el aparcamiento del Pont de l’Esquella, esperamos al resto del grupo, que por evitarse el madrugón han dormido en un camping cercano y entre todos nos hemos liado con la hora de encuentro. Vamos 15 ferrateros de la sección de montaña del C.N. Helios, casi nada, la jornada se presume larga.
La aproximación al comienzo de la vía ferrata se hace por bosque, hay que ir por un sendero marcado con unos bolos rojos.
Vista sobre el embalse de Oliana y el aparcamiento, desde el comienzo de la vía.
En principio hemos de dirigirnos hacia la torre eléctrica que está delante de la aguja que luego ascenderemos, luego se va contorneando la base de esta aguja hasta llegar a una marcada canal.
Aquí empieza la ferrata, dos grapas pequeñas nos aupan a la primera tirada de grapas normales, unos 20 metros más arriba, una travesía a la izquierda nos mete de lleno en la canal, una cadena en un tramo más tumbado nos dejará en la zona de donde caen las piedras, pues este primer resalte es bastante peligroso si se lleva gente por delante.
Comienzo de la ferrata Regina.
En la parte alta de la canal inicial.
Final de la canal, ahora vamos en busca del puente.
El final de esta primera parte de la ferrata, coincide con una bifurcación, a la derecha el comienzo de la segunda parte de la vía, a la izquierda un pequeño añadido nos lleva primero a una travesía y después a subir a la Aguja.
Desde la aguja se ve bien el segundo tramo y, el comienzo del tercer tramo.
De vuelta al cruce, nos encaminamos al puente tibetano, muy estable, pero el viento le pone su emoción.
En frente queda la aguja que acabamos de subir.
Un par de muros, nos llevan a un pequeño rellano donde da comienzo el tercer tramo, el más largo y entretenido, donde se concentran todas las dificultades. En este rellano se pueda abandonar tranquilamente la ferrata, pues es por aquí por donde baja el camino Joan Nuviola.
Uno de los muros antes de terminar el segundo tramo.
El tercer tramo, empieza con un pequeño muro y, luego se caracteriza por una larga travesía con bastante patio que nos conduce poco a poco al «paso de la fe».
Esperando turno en la zona de «cueva carbonera»
Antes de encarar este paso, se llega a una zona llamada «cueva carbonera», desde aquí se tiene que superar un paso desplomado y una corta travesía, con grapas pequeñas, que no planta en el paso. Si tienes cierta envergadura, se pasa con la mayor tranquilidad, además como vamos tantos José Luis e Isidro, han montado un talabarte para ayudar a quien lo necesite.
El paso de la fe, visto desde arriba. Foto de Begoña.
Una vez atravesado el «paso de la fe», se sube un muro que nos deja en un cómodo rellano, donde recargar energías de cara al final de la ferrata.
Un larga travesía nos deja bajo a la bifurcación final, a la derecha una zona con unos cortos desplomados (la vía original), a la izquierda una travesía que tira para atrás, nos lleva a comienzo de una canal con un árbol justo en medio, que hay que pasar como se pueda.
En la bifurcación.
Travesía con mucho ambiente. ba. Foto de Begoña.
Así llegamos al buzón para las piadas, justo antes de un corto desplomado que se pasa muy bien, un pequeño y fácil muro y fin. Bueno, fin de la ferrata Regina de Peramola, pero que nadie se quite el casco y el disipador, pues el itinerario de bajada, el camino equipado Joan Nuviola, en su primer tramo es casi una ferrata en si mismo.
Vista desde lo alto de la ferrata.
Sirgas, cadenas, cable de vida y grapas, nos ayudarán a ir bajando. Este camino tiene varios tramos bastante verticales e incluso una estrecha vira por la que cuesta entrar.
A mitad de descenso cruzamos el rellano que da comienzo al tercer tramo de la ferrata, ahora recorreremos un circo cerrado por inmensas paredes, hay que reconocer que el entorno de esta ferrata es estupendo.
¿Repetidos?
Un vez en la base de los farallones, el sendero se adentra en el bosque y sin ninguna complicación nos lleva (siguiendo los bolos rojos) al comienzo de nuestro itinerario.
En definitiva, una ferrata de 10, pero que el estado del cable de vida hace que haya que extremar las precauciones.
Lo mejor de la vía es lo larga que es, lo peor la procesión de gente que te sueles encontrar. Yo deseo volver pero sera entre semana porque sino se puede perdonar. Un saludo.
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4 Responses
Salvador Palos
Que bonita la ferrata siento no haber ido. El reportaje magnifico como siempre Ángel eres único!!!
Fco Javier Lafuente Benedí
Lo mejor de la vía es lo larga que es, lo peor la procesión de gente que te sueles encontrar. Yo deseo volver pero sera entre semana porque sino se puede perdonar. Un saludo.
Eduardo
La verdad que esta muy guapa esta ferrata, haber si cojo experiencia y la hago, aunque podían sustituir la equipación rota, saludos
Pilar
Qué chula¡¡¡¡¡