Combinamos el típico recorrido a La Alfranca con una extensión, que como si se tratasen de unas mechas, nos llevará hasta Alfajarín para subir a las ruinas de su castillo y desde allí al Toro de Osborne que queda tan visible desde la carretera a Barcelona. Decidimos ir a La Alfranca por la orilla izquierda del Ebro para que Alberto conozca este recorrido y así, hacer un poco más variado el itinerario. El día amanece frío (-2ºC), la rosada es tremenda, pero al menos no tenemos viento con lo que la sensación térmica no es tan terrible como pueda parecer. Al llegar al puente sobre el Gállego lo encontramos todo escarchado, casi ni agarran los neumáticos.
Puente sobre el Gállego.
Atravesamos el Gállego y giramos a la derecha hacia su desembocadura, antes del desvío que nos conduciría hasta allí, continuamos a la izquierda para en paralelo a la autopista, ir a pasar bajo su puente. Una vez allí nos adentraremos en un corto soto de ribera, que nos lleva a una estupenda chopera, yo la vi en verano y la caída de la hoja no le hace perder nada de su encanto.
La chopera.
Salimos de la chopera por otro corto soto y circulando junto a la orilla del Ebro salimos a una ancha pista que nos hará pasar al lado de la Pasarela del Bicentenario.
Desde aquí siguiendo el Camino Natural, llegaremos cómodamente a La Alfranca, pasamos junto al «Juego de la Oca» y rodeando todo el complejo, vamos encaminándonos hacia el visible Toro y el Castillo de Alfajarín.
Una vez en Alfajarín, en lugar de salir a la carretera, recorremos la Calle Agustina de Aragón para evitarnos tráfico, cruzamos en dirección a la Iglesia (con torre mudejar del siglo XIV) y vamos hacia el castillo.
La corta subida al Castillo se hace dura, tiene fuerte pendiente y nos hace echar pié a tierra antes de volver a la carga.
Una vez en el Castillo, echamos unas fotos de las ruinas (tienen mejor pinta desde lejos, de cerca se ve todo reforzado con hormigón y ladrillo), y retrocedemos unos metros para retomar el camino que nos llevará al Toro de Osborne.
Para bajar cogemos otra senda que nos lleva más o menos cómodo a una pronunciada bajada, que hacemos andando.
Tras cruzar bajo la autopista nos dirigimos a La Puebla de Alfindén, y al poco ya vemos un cartel que nos indica el Centro de Interpretación de La Alfranca, pasamos junto a una balsa con patos y demás aves y, sin desviarnos nos acercamos a Pastriz a tomar una coca-cola. Retrocedemos hasta el Camino Natural y ya desde la Pasarela, chino chano hasta Zaragoza.
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