A un paso de Zaragoza
Hoy nos desplazamos a Mezalocha para darle la vuelta al embalse de Mezalocha. Antes de acercarnos a su orilla nos desviaremos para ir a la cabecera del Barranco del Hocino, y desde allí acceder al embalse. A ver si tenemos algo de suerte y vemos a las cabras montesas que han tomado el entorno del embalse como su hogar.
En definitiva, otro gran descubrimiento y, tan cerca de Zaragoza.
Fecha de la actividad: domingo, 27 de diciembre de 2020
Lugar de salida: afueras de Mezalocha (441 m)
Objetivo: Barranco del Hocino
Desnivel positivo acumulado: 470 metros
Distancia y tiempo empleado: 15,1 km en 5h 45′
Archivo GPS (con el recorrido, click para descargar): TrackGPS
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La Ruta
Desde Zaragoza vamos a Muel por la A-23, no desviamos hacia Mezalocha y, tras atravesar el pueblo aparcamos a las afueras, pasado el edificio de un viejo molino.
Tras preparamos tomamos el PR-Z-45 que sube a la presa del embalse por su orilla derecha, enseguida nos desviaremos a nuestra izquierda, sin sendero aparente.
Melchor, gran conocedor de la zona, nos va contando que vamos contorneando, sin acceder a ella, una finca cinegética. De esta forma, evitamos recorrer una pista y acortamos el itinerario. Algo más adelante si que salimos a un pista, esta sube fuertemente hasta un collado, donde nosotros nos desviaremos a nuestra derecha, de nuevo sin sendero aparente, para recorrer la loma hasta ver una bajada franca hacia la cabecera del Barranco del Hocino, justo donde han aclarado una zona para aparcar coches cuando hay batida de caza.
Descendemos un poco más y alcanzamos la cabecera del Barranco del Hocino, nos recibe un profundo tajo en el terreno, así de sopetón, sin avisar.
Nos acercamos a la instalación de rápel, recientemente renovada por la que bajaremos al barranco. Antes de bajar, a nuestra derecha, recorreremos el filo del barranco hasta un mirador, la verdad es que es un sitio especial, tan cerca de Zaragoza y tan desconocido.
Retrocedemos en dirección al rápel, a mitad camino se intuye a nuestra izquierda un punto por el que se puede bajar al barranco por un pequeño valle lateral.
Nos ponemos el casco y el arnés, pasamos la cuerda desde la instalación de rápel y la intentamos lanzar sin que se enreden mucho en los árboles de abajo.
Baja primero Melchor y a continuación bajo yo, son cerca de 20 metros de bajada, los últimos 10-12 volados.
Hay que tener algo de cuidado de no enredarse con el árbol que hay justo debajo, pero es muy recomendable.
Un vez abajo, recogemos la cuerda, el casco nos lo dejamos puesto, ya que la cabecera del barranco está muy encajonada y puede que alguna de las hoy esquivas cabras haga caer alguna piedra.
Sin mucha dificultad, pero sin ningún tipo de sendero vamos bajando el Barranco del Hocino hasta que se va abriendo en sucesivos valles a izquierda y derecha. Si nos fuésemos a la derecha volveríamos, en poco tiempo, por la orilla derecha del embalse al punto de partida.
Como vamos bien de hora, decidimos ir por nuestra izquierda para dar la vuelta por la orilla izquierda del Embalse de Mezalocha. Caminamos por pedrizas y zonas de matorral, a veces vemos trazas de sendero, pero la mayor parte del itinerario la realizamos sin sendero aparente.
Vamos contorneando las cabeceras de varios barrancos, pronto tendremos visible el embalse. Alcanzamos una zona más franca, aquí podríamos haber tomado la loma superior, pero seguimos a media ladera, aparentemente algo más exigente pero con alguna traza de sendero.
Aparecemos en un mirador en una pared en la vertical del embalse, giraremos a nuestra izquierda para subir a la parte alta por una pisada canal rocosa.
Una vez arriba, el itinerario parece más evidente, pero continuaremos sin un sendero claro.
Pasaremos sobre una cota (626 m) y desde allí comenzará un largo descenso que nos hará adentrarnos en un nuevo barranco del cual saldremos casi en la orilla del embalse de Mezalocha y frente a la Bodega Señorío de Ayles.
Vemos al otro lado del Huerva a nuestros amigos de Helios que nos indican por donde debemos continuar, giraremos a nuestra izquierda para encaminarnos hacia el despoblado de Ayles, remontaremos de nuevo hacia una vaguada rocosa y una vez sobre la ladera descenderemos para ir a cruzar el Río Huerva por un puente de hormigón con cancela al otro lado.
Sin separarnos de la orilla del río Huerva, caminamos junto a un campo de cereal, y llegamos así al vallado que cierra esta finca, tiene una puerta, pero esta da a un cortado sobre el río, volvemos a trasponer la puerta y caminamos por el interior pegados al vallado, algo más adelante pasamos al otro lado y vadeamos el barranco Liebrero.
No nos olvidemos que hemos caminado por una finca privada, la del Señorio de Ayles, que aunque probablemente hemos caminado siempre por lo que creemos la zona de servidumbre del río Huerva, tendremos que extremar las precauciones para que los dueños no cierren con llave las puertas que hemos tenido que pasar. Por cierto, dentro de la finca del Señorío de Ayles, además de realizar uno de los mejores vinos de Zaragoza, se encuentra la cueva con mayor desarrollo de la provincia de Zaragoza; la cueva de Ayles.
Vamos dejando atrás el bonito barranco Liebrero, remontamos a media ladera hacia una estribación rocosa, la remontamos por su zona más factible y alcanzamos la Cuesta del Herrero, caminaremos pegados al cortado que cae a pico sobre el Embalse de Mezalocha, alcanzamos una pequeña cota, y en la siguiente vemos al grupo de montañeros de Helios que nos están esperando mientras comen algo.
Una vez todos juntos, buscamos el mejor itinerario, siempre sin sendero, para descender a la vega del embalse.
Pasamos por un olivar y salimos a una cómoda pista que seguiremos un corto rato hasta que nos desviamos por un sendero para buscar cruzar un nuevo barranco y ya por claro sendero iremos contorneando la parte final del embalse de Mezalocha hasta su presa.
Bajamos hacia el pueblo y desviándonos por una pista que recorre las huertas de Mezalocha caminamos en dirección al molino junto al cual hemos aparcado el coche.
En definitiva un muy interesante itinerario de media montaña, a un paso de la ciudad de Zaragoza, en un 80% fuera de sendero, con algo de “javalineo” pero que bien merece la pena. El único pero es que no vimos ni una de las cabras montesas que se suponen habitan esta zona.
Eduardo Pardo
Hola Ángel.
Una circular muy bonita, que pese a ser buena parte monte a través, no ofrece dificultades, pero el entorno del embalse es fantástico.
Además si le añades el rapel (se puede bajar caminando), queda una actividad aún mejor.
Una lastima que no vierais las cabras, pero esa instantánea del buitre, es espectacular.
Felices fiestas y próspero 2021. Salud y montaña!