Vamos apurando la caída de hojas otoñal, esta vez queremos conocer el escondido y singular Hayedo Peiró, escondido, si, porque está en las faldas de la Sierra de Caballera, donde nace el río Garona, singular, ya que se trata del hayedo más meridional de Huesca.
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Para llegar al punto de origen de la excursión, nos acercamos hasta Arguis y continuamos por la carretera vieja del Monrepós, en una pronunciada curva a derechas sale una pista (justo a la izquierda), ahora asfaltada y convertida en la carretera (HU-V-3001) que lleva a Bentué de Rasal. Tras unos 3 kilómetros, nos desviaremos a nuestra izquierda por una ancha pista, primero desciende, y llega a una bifurcación con zona para aparcar, nosotros continuamos por la derecha y tras una lazada, una pronunciada curva a la izquierda nos adentra en el pinar. Alcanzamos así un ensanchamiento de la pista, justo donde un cartel nos indicará el comienzo de la Senda Peiró. Aparcamos en el lateral de la pista (caben 5 ó 6 coches) y nos preparamos.
Vamos sobre aviso de que el comienzo del recorrido es duro, y en verdad lo es, los peques protestan y los mayores bufan, si bien hace fresco, en poco rato nos quedamos en manga corta, el repecho se las trae, un sendero, empinado es poco decir, entre bosque de pinos y boj, por terreno resbaladizo, de vez en cuando se ven travesaños a modo de escalón para ayudar en el ascenso, incluso han instalado una escalera de troncos (creo que esta intervención es del todo excesiva).
Tras unos 40 minutos llegamos al final de este repechón, el camino gira a nuestra derecha, en dirección al Pico Peiró, alcanzamos una especie de mirador, protegido por una barandilla de sirga. Desde aquí el sendero gira de nuevo a la izquierda y, en suave descenso se adentra en el Hayedo Peiró, es pequeño, pero coqueto, puedes pensar que estás en otras latitudes, más al norte.
Llegamos a un desvío, si girásemos al Norte, nos dirigiríamos hacia Bolea por el Collado de Sarramiana, nosotros continuamos en dirección al Pico Peiró.
Enseguida abandonamos el bosque, alcanzamos una barranquera que por la margen izquierda de su seco cauce nos llevará al cercano collado. El terreno vuelve a ganar altura rápidamente y así entre erizones llegamos al collado, con buenas vistas de la sierra Caballera y del entorno de Bentué de Rasal.
Rampas finales hacia el Pico Peiró.
Desde el collado tan solo nos queda alcanzar la arista de la cima, vamos en busca de un punto de rotura algo a la derecha de la misma. Hay que apoyar las manos en un par de sitios, pero se pasa tranquilamente. Una vez en la ancha arista, alcanzamos el hito cimero caminando por la vertiente Norte.
Volvemos al collado donde almorzaremos y, tranquilamente volvemos a los coches. En el tramo empinado del comienzo de la ruta, los culetazos se suceden sin solución de continuidad, al estar el terreno tan húmedo y resbaladizo.
La primera parte es dura de narices, después el hayedo es una pasada, se puede recorrer más trozo cogiendo el desvío hacia Bolea, e incluso me suena que se puede hacer circular, saludos
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Eduardo
La primera parte es dura de narices, después el hayedo es una pasada, se puede recorrer más trozo cogiendo el desvío hacia Bolea, e incluso me suena que se puede hacer circular, saludos