Lugar de salida: Parc des sports Charles Diebold (Val d’Isère)
Casi en el mismo centro de Val d’Isère se encuentra el Parc des sports Charles Diebold. Allí hay varios campos polideportivos, una zona de juegos infantiles y más instalaciones de ocio. Además, desde allí mismo, se cogen los dos remontes mecánicos que funcionan este verano. Son gratuitos, al menos si estás alojado por la zona.
Nos subimos a uno de ellos, el telesilla Solaise Express. Hay que tener un poco de cuidado al subir y bajar a los niños. Al nuestro (4 años) le llega la silla al pecho y, sorprendentemente, la silla no se desembraga del todo. Además no dejan subir con la mochila a la espalda, así que toca, con la mochila en el pecho, subir al crío a la silla mientras andas hacia atrás y luego subirte tú. A veces te ayuda el encargado del remonte parándolo. Y a veces no…
Sin demasiados apuros conseguimos subirnos y bajarnos dignamente y, después de echar un vistazo a un panel informativo con las pistas de esquí dibujadas, emprendemos la marcha. Desechamos una ancha pista, que usaremos a la vuelta, y tomamos un cómodo sendero ligeramente ascendente que se dirige al lago pasando por una pequeña cota, la Tête du Solaise (2.558m).
Ya podemos ver el lac de l’Ouillette con varios pescadores buscando algo que llevarse a la caña y abundante personal paseando por la orilla. Hay una especie de camino de ronda que rodea el lago. Hacia él vamos, perdiendo algo de altura.
Una vez allí comenzamos a rodear el lago en sentido anti-horario. Es un camino marcadísimo y, la mayor parte del tiempo, llano. El paisaje es muy interesante. Tenemos cimas nevadas al fondo, unas bonitas nubes de evolución, prados alpinos y, como no, la proximidad del lago.
Vemos una pequeña cota herbosa, justo encima de nosotros, y nos dirigimos hacia ella. Aunque la vista desde el collado es bastante buena, hemos pensado que será mejor desde la cima. Aquí la ladera se empina más, pero se deja subir. Por el camino nos encontramos con una marmota, bastante socializada porque apenas le incomoda nuestra presencia.
Al final decide no fiarse de nosotros y se esconde en su madriguera, aunque le puede la curiosidad y no se resiste a seguir observando al pesa’o ese de la cámara que cada vez se acerca más a su casa.
Al coronar la cota, que he dado en llamar punta Madeleine a falta de otro nombre mejor, vemos que ha sido buena idea llegar hasta aquí. La vista hacia el sur, oculta por la cota que ahora pisamos, se abre ante nosotros.
Si nos fijamos un poco podemos ver una bonita, aunque lejana, cascada.
Un poco más arriba y a la izquierda se encuentran los tres pequeños edificios que forman el Refuge du Fond des Fours. Otro día tenemos que acercarnos por allí.
Ahora toca seguir mirando el paisaje, cada vez más cubierto de nubes, mientras nos comemos el merecido bocadillo.
Volvemos por el mismo camino hasta el lago y completamos la vuelta hasta el bar. Allí nos tomamos una cerveza o una Orangina, según edades, mientras asistimos al concierto que han organizado los pesadores para celebrar su fiesta. Pescar no sé si pescaran, pero comer y beber sí. Doy fe.
Volvemos hasta el telesilla y bajamos hasta Val d’Isère, no sin antes hacer alguna foto.
Otras actividades de este verano por la zona de Val d’Isère:
Col de la Lose 2.957m
Glacier de Rhèmes-Golette 2.843m
Rocher de Bellevarde
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