Un bosque a conocer
Estamos en Cantabria pasando unos días de vacaciones, unos amigos nos han indicado varios sitios que no debemos perdernos, en la lista hay uno que me llama poderosamente la atención, el bosque de secuoyas del Monte Cabezón.
Venimos por la A8, en la salida 249 nos desviamos por la CA-135 en dirección a Comillas, al momento a nuestra izquierda, vemos el pequeño aparcamiento para no más de una decena de coches de la entrada principal. Lo pasamos casi sin darnos cuenta, lo que si que vemos es que está a tope.
Seguimos unos cientos de metros y en la primera rotonda vamos a dar la vuelta para intentar volver y buscar un hueco. No es necesario, al otro lado de la rotonda sale un pequeño ramal que han habilitado como aparcamiento secundario. Fue casi un acierto, porque allí mismo vimos en un panel informativo que podíamos ampliar nuestra visita recorriendo otros itinerarios antes de desembocar en el bosque de secuoyas.
Fecha de la actividad: martes, 1 de septiembre de 2020
Lugar de salida: Aparcamiento pasada la entrada principal
Objetivo: Bosque de Secuoyas del Monte Cabezón
Desnivel positivo acumulado: 100 metros
Distancia y tiempo empleado: 3 km en 1 hora
Archivo GPS (con el recorrido, click para descargar): TrackGPS
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El bosque de secuoyas más grande de Europa
Este bello bosque tiene su origen en la conocida como autarquía española. La política franquista obliga a reducir al mínimo las importaciones y se decidió experimentar con diferentes especies forestales que debían cumplir unas condiciones; velocidad de crecimiento y longevidad.
En el Monte de Las Navas de Cabezón de la Sal, en los años 40, se plantaron diferentes zonas con roble americano, castaño japonés, eucalipto (eucalyptus globulus), abeto de Douglas, pino (pinus radiata) y secuoyas rojas o costeras, estas últimas son las de crecimiento más rápido, llegando hasta casi los 2 metros/año al principio de su vida, dando lugar a este estupendo bosquete de algo más de 2 hectáreas y donde todavía quedan cerca de 800 secuoyas.
Por suerte para este bosque y, para todos nosotros, para cuando las secuoyas crecieron y alcanzaron un tamaño comercial, el contexto político había cambiado y la industria de la madera ya no necesitó de su tala. Ya en el 2003 se declaró “Monumento Natural de las Sequoias del Monte Cabezón” de Cantabria.
La Ruta
Aparcamos en uno de los pocos huecos que quedan y en un panel informativo miramos cual puede ser nuestro recorrido de hoy por la tarde.
Al final, en lugar de ir por el andador peatonal al aparcamiento principal y hacer la visita desde allí, decidimos dar un pequeño rodeo por algún otro de los itinerarios que tienen balizados, fue un acierto, ya que descubrimos que no solo plantaron secuoyas, sino también existe una pequeña masa forestal de roble americano otra de eucalipto, de castaño y de abetos.
Nosotros combinamos parte del itinerario del bosque de eucalipto (rojo), para más adelante tomar el desvío hacia el itinerario de bosquete de castaño (naranja), tras unos pocos metros desviarnos para recorrer todo el itinerario del bosque de roble americano (gris) y así entrar desde el itinerario de La Tejera (azul) a la parte baja del secuoyar, que es precisamente donde están los ejemplares más grandes que no todo el mundo visita.
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