Desde siempre el hombre a vuelto su mirada hacia las montañas, ha habitado sus cuevas, ha usado sus minerales, incluso ha buscado hielo en sus glaciares. Y poco a poco les fue perdiendo el miedo y holló sus cimas.

Después de las cimas vinieron las líneas, las vías, las rutas cada vez más técnicas, comprometidas y más y más difíciles.

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Pero para la mayoría de montañeros y senderistas nos siguen quedando las cimas, cada uno que busque su ruta, que adapte la dificultad de la misma a sus posibilidades y que disfrute de la montaña. Sobre todo eso, disfrutar de la montaña, de la naturaleza, de los paisajes y si alguna vez nos quedamos a un paso de la cima, no pasa nada, se vuelve en otra ocasión.

«El alpinista es quién conduce su cuerpo allá dónde un día sus ojos lo soñaron»
Gaston Rébuffat

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“Quien ha escuchado alguna vez la voz de las montañas, nunca la podrá olvidar”.
Proverbio Tibetano