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Pelopín y Pico del Pilón

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Lugar de salida: Aparcamiento junto a la boca Este del Túnel del Cotefablo

Objetivo: Pelopín
Desnivel positivo acumulado: 660 metros
Distancia y tiempo empleado: 10 km en 6h40′ (con paradas)
Archivo GPS (con el recorrido): TrackGPS
Sábado, 25 de mayo de 2013.
Hace tiempo ya que me rondaba por la cabeza un monte: Pelopín. Un día por una cosa y otro día por dos, lo hemos ido dejando de lado en beneficio de otros destinos. Por fin, este sábado, ha llegado su turno.

Las previsiones son de temperaturas bajas y fuerte viento de componente norte. A pesar de estar a finales de Mayo metemos en la mochila una buena provisión de ropa de abrigo. En buena hora…
Dejamos el coche después de coronar el puerto de Cotefablo (1.425m), nada más atravesar el túnel. Junto a la boca este encontramos un depósito de sal para las quitanieves y una zona de aparcamiento. Cuidado al dejar el coche, especialmente en época de nieve, no vayamos a bloquear el acceso al silo.

Además de unos paneles informativos de la Comarca del Sobrarbe, encontramos, junto a la valla del silo, un poste indicador del PR HU-117. Seguiremos por este sendero hasta el collado de Otal.

Al principio ascendemos entre bosque de forma decidida, con un paso algo expuesto sobre la boca del túnel. El camino está bien marcado. Pasamos junto a un cercado con vacas y a través de varios claros que nos permiten empezar a disfrutar del paisaje.

Atravesamos una pista en un excelente estado, parece recién abierta o recién arreglada, y seguimos al ascenso hasta llegar al collado de Cotefablo (1.601m).
Hemos dejado atrás el bosque y nos detenemos un par de metros antes de coronar para estar protegidos del viento. Disfrutamos de las primeras vistas de Tendeñera y del macizo de Monte Perdido mientras los pequeños reponen fuerzas con unas barritas de cereales.


Desde aquí podemos ver también el objetivo del día: Pelopín.

Nos dirigimos hacia él por una pista bien marcada.

Tras un breve rodeo por la derecha del cordal la pista se deteriora ostensiblemente y sube por toda la divisoria de aguas. Encontramos en medio del camino los restos de una vaca. Sólo han quedado los huesos y el pellejo. El resto lo han “reciclado” los carroñeros del lugar.

Tomamos un atajo, marcado con un gran mojón, para evitar una lazada de la antigua pista. No resulta ser muy buena idea porque el terreno es bastante incómodo. Recuperamos nuestra pedregosa y abandonada pista para seguirla, siempre al ascenso, hasta unas “manchas” de nieve reciente que harán las delicias del pequeño.

Un poco más arriba tenemos el collado de Otal. Al otro lado podemos ver el pueblo que da nombre al collado. Un día de estos nos acercaremos a rendirle visita. Hoy seguimos, por el cordal las indicaciones de un altísimo poste señalizador.

El viento ha ido en aumento, o quizás lo que ha aumentado es nuestra exposición. El caso es que nos azota con fuerza y, pese a la cuesta, nos obliga a abrigarnos bastante. Afortunadamente nadie ha olvidado los guantes, porque las manos se quedan muy frías en unos pocos segundos.
Llegamos, así, zarandeados por el viento, a la cima del Pelopín (2.007m).

Aguantamos sólo el tiempo necesario para hacer las fotos. El panorama es espectacular. En un rápido vistazo identificamos varias cimas: Erata, Tendeñera, Gavietos, Taillon, una nube enorme, Cilindro, Perdido, Soum de Ramond, Punta de las Olas… Detrás de la nube, a ratos, adivinamos la figura del Bassillac y la Brecha de Rolando, aunque no llega a despejarse del todo en ningún momento. En la zona del Casco y los Picos de la Cascada parece que no lucirá el sol en todo el día.




Interesantes también las vistas hacia Cotiella. Gracias a esta primavera invernal de 2013 tiene más nieve ahora que cuando subimos hace dos semanas.

Bajamos, siguiendo el cordal, hacia el Manchoya. Perdemos un poco de altura y, unos metros antes del cruce con el camino que, a nuestra izquierda, baja hacia Yosa (también abandonado) y Oto, nos paramos a almorzar. Nos protegemos del viento bajando un par de metros por la ladera hacia Oto, entre dos “lenguas” de nieve.

Las vistas son casi tan buenas como desde al cima y el confort es muchísimo mayor gracias al abrigo del viento. Aprovechamos para completar nuestras vistas hacia Peña Cancias y Peña Guara. Desde la cima, con las prisas y la impresionante presencia de los tresmiles, ni las habíamos visto. El trío de Peñas se completa con Peña Montañesa, justo enfrente de nosotros, aunque eclipsada por la mole de Cotiella.
El fuerte viento invita a darse la vuelta tras el bocata y regresar al coche. Antes de eso subimos hasta el cercano Pico del Pilón (1.962m), con su característico mojón de más de 3m de altura. Desconozco si tiene alguna función práctica, pero vaya tela…
Ahora sí emprendemos, con decisión, el camino de vuelta. Evitamos la subida al Pelopín dando un rodeo por la izquierda por una vieja pista, todavía con bastante nieve y toda embarrada. No es el mejor camino del mundo… El “peque” protesta, con razón, pero se entretiene pisando toda la nieve que puede para perjuicio de sus calcetines, desesperación de sus padres y regocijo personal.

A la altura del Collado de Otal, ante la amenazante presencia del poste para jugadores de baloncesto, enlazamos con el camino de subida. Sólo haremos alguna pequeña variación, en forma de atajo, para acortar algún rodeo de la pista.





Es un pico muy recomendable que goza de unas vistas excelentes. Eso sí, como habéis podido leer, muy expuesto al viento. Ha sido uno de esos días en que la mochila va casi vacía. Toda la ropa la llevábamos puesta, guantes y gorros incluidos.

Más fotos:

2 Responses

  1. Hola Eduardo.<br />Sí que es una buena opción. Sobre todo, como bien dices, por las excelentes vistas.<br />Saludos

  2. Eduardo
    | Responder

    Una buena opción en Pelopín, sobre todo para ir en familia, es sencillo y con buenas vistas, aunque al estar solitario el viento da de lleno. Yo también tengo pendiente una visita a Otal, saludos

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