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Pico del Rayo

publicado en: Senderismo, Senderismo con niños | 1

Lugar de salida: Ermita de Pietas

Objetivo: Pico del Rayo
Desnivel positivo acumulado: 700 metros
Distancia y tiempo empleado: 12,5 km en 6h (con muchas paradas)
Archivo GPS (con el recorrido): TrackGPS
Viernes, 1 de noviembre de 2013.
Aprovechamos el viernes festivo para «por fin» ascender al Pico del Rayo en la Sierra de Vícor.
Digo por fin, por que el Pico del Rayo es uno de los picos de los que más veces he oído hablar, de los que más veces he estado a punto de ir, y después del Cervino, de los que más fotos he visto. Tiene una explicación y, como siempre es muy sencilla, Roberto, el segundo autor más prolífico de Aunpaso (es fácil, sólo somos dos), tiene casa en Pietas, punto de partida la ruta más habitual de ascenso a este bonito mirador del Sistema Ibérico.

Salimos de Zaragoza, por la A2, tomamos el desvío a El Frasno, pasamos de largo el pueblo y llegamos a Pietas, tras una visita inesperada al cercano pueblo de Inogés (¡cómo no, me pasé de largo el desvío al núcleo de Pietas!).
Cafecico y empezamos a caminar. Salimos hacia la Ermita de Nuestra Señora de Pietas, seguiremos por la cómoda pista, nuestra ruta estará perfectamente marcada por señales blancas y verdes (SL-Z36).

Además llevamos buenos guías, probablemente los mejores de la zona. Tras un par de curvas, dejaremos la pista, a la altura de un campo de cerezos, el ahora sendero, lo atraviesa por fuerte pendiente, para seguir por pinar por unas leves trazas de senda.


De esta guisa, por fuerte pendiente, llegamos al Collado de Marigil, a nuestra izquierda tenemos el Pico de Marigil o Falso Pico del Rayo, ahora seguimos por cómoda pista, en un principio descendente, enseguida dejamos a nuestra izquierda la pista que lleva a Inogés, nosotros seguimos descendiendo un poco más en dirección Sur. La pista da paso a un bonito sendero que serpentea por el pinar, poco a poco vamos viendo más acebos, hasta el punto de poderlo considerar como un bosque mixto de pinos y acebos; el acebal de Inogés.


Llegamos así al Refugio de Inogés, «paradica» de rigor, los peques lo agradecen.


Ahora toca decidirse, seguir las marcas blancas y verdes que continúan por pista (se suman al GR90.2, así que las marcas se vuelven verdes, blancas y rojas en un alarde colorista) y, que cómodamente (en dirección a Viver de Vícor) nos acercará a la pala final, o subir por senda el camino tradicional que, poco a poco por el desuso se va desdibujando. Optamos por subir por la senda a ganar el cordal cimero y, volver por la pista. Tomamos la senda a la derecha del refugio, lo contorneamos por encima, durante unas decenas de metros vamos en paralelo a la pista, para enseguida girar para afrontar la pendiente, si bien el camino se difumina hasta desaparecer, el intinerario se intuye y en un rato nos lleva al cordal. Salimos bajo una instalación de antenas de comunicaciones, la cual unida al cercano radar militar que con su «bola» destroza una de las cotas más elevadas de la Sierra de Vícor.


Ahora ya solo nos queda pasar junto al vallado de las antenas y salir a la pista que lleva a la cima del Pico del Rayo, esta pista es relativamente reciente, fue abierta para la construcción y posterior uso de una caseta de vigilancia forestal que hay en la misma cima del Pico.





Buenas vistas de esta zona del Sistema Ibérico, la cercana Calatayud, donde hace poco hicimos una bonita ruta visitando Bílbilis, el Moncayo. Una pena que hacia el Pirineo se vea cubierto ya que debe haber una gran perspectiva.

Pare descender, cogemos de nuevo el sendero balizado, que primero por fuerte pendiente nos lleva a la pista  que de seguirla a la derecha nos llevaría por el GR90.2 a Viver de Vícor, nosotros giramos a nuestra izquierda, hacia el Refugio de Inogés, en dirección a Aluenda.

Inogés en la distancia


La pista se hace pesada, unido a que ya se ha hecho la hora de comer, así que antes del refugio paramos a comer. Seguimos por la pista, en el refugio volvemos a introducirnos en el bosque y desandamos la ruta de ascenso, solo lo variaremos una vez en el campo de cerezos, donde tomaremos una variante a la izquierda, la cual nos vuelve a dejar en la pista del comienzo de la ruta.

De vuelta en Pietas, gozamos de nuevo con las hospitalidad de nuestros fantásticos guías de hoy, ¡gracias Roberto y Pilar! así que tras alargar la merienda en la medida de lo posible nos despedimos de Pietas hasta la próxima vez.

  1. Eduardo
    | Responder

    Hola Angel, yo también llevo detras de esta cima mucho tiempo, y por unas cosas u otras la voy dejando para otro día. Saludos

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