Fecha de la actividad: sábado, 2 de julio de 2016
Lugar de salida: Corral de las Mulas
Objetivo: Anayet
Desnivel positivo acumulado: 1100 metros
Distancia y tiempo empleado: 16,5 km en 7h10′ (incluidos descansos)
Archivo GPS (con el recorrido, click para descargar): TrackGPS
La Ruta
Hemos quedado en el aparcamiento del Corral de las Mulas, siempre que la estación de Formigal está cerrada, toca caminar toda la carretera hasta la zona de Anayet, son dos kilómetros y pico de ida y otros tantos a la vuelta pero, es lo que hay.
Subiremos por el itinerario más clásico que, recorre el Barranco de Culivillas pasando bajo la Punta de la Garganta hasta el llano de los Ibones de Anayet.
El cielo está así asá, caminamos con la sensación de que en algún momento de la jornada nos caerá algún chubasco, pero al final de la ruta incluso, terminó por despejarse.
Nos preparamos y comenzamos la ruta, recorremos rápidos la carretera, más por ganas de abandonar el asfalto que por otra cosa.
La noche anterior ha llovido, y nos encontramos con una salamandra algo despistada.
[shashin type=”photo” id=”2302″ size=”912″ caption=”y”]Una vez dejamos atrás el último de los edificios de la estación, seguimos recto por el sendero, frente a nosotros están las moles del Pico Royo (2428 m) y del Pico Culivillas (2510 m).
[shashin type=”photo” id=”2303″ size=”912″ caption=”y”]Pronto giraremos a nuestra derecha para continuar por el Barranco de Culivillas, sin pérdida, pero cambiando de orilla un par de veces, alcanzaremos el llano donde se encuentran los conocidos Ibones de Anayet.
[shashin type=”photo” id=”2306″ size=”912″ caption=”y”]Ya vemos nuestro objetivo, y tras un pequeño receso continuamos hacía él. El recorrido sigue siendo fácil, hasta que nos situamos bajo el collado que separa el Pico del Vértice de Anayet, que sin ser complicado, si que se empina bastante más por terreno más incómodo.
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Desde el collado, la ruta es evidente, siguiendo el sendero que cambia a la vertiente nor-oeste, primero, y una vez sobre las piedras rojas, de nuevo a la vertiente sur-este.
Salimos a una zona herbosa, para a continuación por incómoda pedrera alcanzar las cadenas del Anayet. Un pequeño nevero acaricia la primera de las cadenas, pero no molesta. Las cadenas se dividen en dos tramos, uno que trepa hasta la parte horizontal, y la propia travesía horizontal, donde son realmente necesarias ya que se pasa sobre una inclinada y lisa roca.
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Una vez terminadas las cadenas, se continúa en horizontal por un sendero en un prado colgado, hasta entrar en la chimena del Anayet, tumbada, pero algo descompuesta en su tramo central.
La chimenea termina casi en la misma cima, así en dos minutos hollamos la cómoda cima del Pico de Anayet. Parece que el tiempo nos ha respetado, pero solo aquí, por que el resto de cumbres circundantes están todas cubiertas de nubes y, es una pena, por que el Anayet es un magnífico mirador de esta zona del Pirineo.
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De bajada se monta tapón tanto en la chimenea como en las cadenas, pero sabiendo esperar turno, tampoco plantea más problema.
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Llegando al collado vemos que no vamos mal de tiempo, y nos animamos de subir también al Vértice de Anayet. Aprovechamos a almorzar en la cima, pues la meteo parece que aguantará.
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Para bajar, una vez en el Ibón de Anayet, optamos por desviarnos hacia La Glera, para bajar por las pistas hasta la misma estación de Formigal. Otro buen rato de carretera, bajo un sol de justicia y alcanzamos el coche bastante contentos de la ruta realizada.
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